El señor Manolo se levantó, como todos los dÃas; se lavó la cara, se vistióà y al salir a la calleà ¡Le cayó una princesa en la cabeza! Y es que hay dÃas en que las leyes de la naturaleza no funcionan: hay dÃas en que el amor cae del cielo. Lirismo, ironÃa y normalidad absoluta, para revisar, con gran sentido del humor, el tópico de la princesa de los cuentos tradicionales, que conoce al prÃncipe y se enamora para toda la vida.