¿Es posible defender la revolución sin atarse un pañuelo palestino o enfundarseun chándal? ¿Se pierde la condición de progre ataviado con un trajeburgués o un polo de cocodrilo? ¿La alienación indumentaria de la mayoríade los mandatarios de izquierda ha condicionado la crisis ideológica actual?Como si de una terapia woodyalleniana se tratara, diferentes corrientes ylíderes desfilan frente al espejo del padre fundador del socialismo para identificar,analizar, reivindicar, desmitificar y teorizar sobre el origen, la evolucióny la marginación del vestuario claseobrerista en la escena política nacional einternacional.«Después de todo, el camino hacia la revolución precisa de luchadoresconscientes, no mal vestidos». Salvador Allende«No puedes hacer una revolución con guantes de seda».Stalin«El negro es lo lógico para una persona de clase modesta como yo. Conun vestido negro, aunque sea de tela barata, puedes ir a cualquier sitio».Pasionaria«La corbata es un trapo miserable que se transformó en coquetería masculina,y andamos ahí con esa servilleta bien incómoda, con el calor».José Mujica«¿Tendría que disfrazarme de pobre para ser una buena dirigente?».Cristina Fernández de Kirchner«Prefiero el viejo reloj, los viejos espejuelos, las viejas botas y, en política,todo lo nuevo». Fidel Castro